Verónica Franco, la mujer que desafío a toda una república

Tintoretto, retrato de Verónica Franco, 1575. Museo de Arte Worcester.

Venecia, conocida como la República Serenísima, tuvo sus orígenes en ambientes inhóspitos y desfavorables por sus características geografías de edificarse en un archipiélago con aguas lodosas, a pesar de ello, sus primeros pobladores hicieron frente a las adversidades de manera tan admirable que se llegó a convertir en una república con el mayor potencia mercantil de su época; además, erigieron para la humanidad una de las ciudades más bellas de todos los tiempos.

Fotografía tomada en Venecia, Italia. Crédito: Ada Lorena

En la majestuosa República, la sociedad noble era distinta a la de toda Europa. Los nobles venecianos no tenían títulos de condes, duques o príncipes, sino que todos eran patricios, siendo así no se llegaba al trono por alcurnia, herederos o por voluntad divina, sino, por ser el más capacitado ante los ojos de los restos de los nobles.

Así fue la venerada Venecia, la cual estuvo gobernada por grandes hombres, pero ¿cuál era el papel de las mujeres, a qué se dedicaban las venecianas de esta gloriosa ciudad? Su papel en la sociedad se limitaba solo a tres opciones: contraer matrimonio, ir a un convento o ser cortesanas.

Algunas optaron por ser cortesanas porque tenían derecho a los libros, la libertad y el conocimiento a cambio de dar placer, además eran protegidas por nobles y gobernantes. Así fue como vivió Verónica Franco, rechazada por el mercader Marco Venier, al cual le dio su amor.

Verónica decidió ser cortesana y fue una de las más aclamadas de la Serenísima. El rostro de Verónica lo conocemos por el también veneciano: el pintor Tintoretto (1519-1594).

Con un collar de perlas, uno de sus senos descubierto y la mirada mirando a un tercero, es así como Tintoretto inmortaliza a Verónica Franco, con un efecto especial en su rostro y un fondo dramático.

Verónica Franco, representando a Danae. Tintoretto, Danae, 1570. Museo de Bellas Artes de Lyon.

Su vida no fue fácil, a pesar de a ver escogido la puerta del arte y del conocimiento. Tuvo que hacer frente a versos ofensivos que circulaban por todo Venecia, titulados “Verónica, la única y verdadera puta”, escritos por Maffeo Venieri, familiar de su único amor, el ya mencionado Marco Venier.

En 1580 fue denunciada ante la Santa Inquisición por brujería, resultando todo mentira tuvo que buscar a sus amistades y contactos para salir librada. A pesar de ser absuelta, Verónica quedó marcada y todos comenzaron a darle la espalda.

Murió en 1591, a la edad de 45 años, fue una mujer que expresó sus sentimientos y capacidades en una ciudad gloriosa regida por hombres.

FRASE

“Cuando nosotras también estemos armadas y entrenadas, podremos convencer a los hombres que tenemos manos, pies y un corazón como los suyos”, Verónica Franco

A SABER

>Las cortesanas honestas: Durante el Renacimiento, en las ciudades de Roma y Venecia, se desarrolló un fenómeno cultural llamado cortigiane oneste, las cortesanas honestas, las cuales se distinguían por ser mujeres cultas y sofisticadas. Estas cualidades les permitían gozar de libertad y les abría las puertas al mundo del arte. Entre sus clientes se encontraban nobles y gobernantes quienes no solo gozaban del placer carnal, sino que tenían con quien conversar sobre filosofía, política o arte

>Las cortesanas paseaban en góndolas en los canales de Venecia con los senos descubiertos, paseos en los cuales todos los habitantes hombres esperaban y observan desde los puentes y ventanales

>La obra poética de Verónica Franco se publicó en 1575 bajo la forma de un cancionero con el título “Tereze rime”

>En sus composiciones resaltan el realismo sensual y la expresión del dolor amoroso

>La madre de Verónica también fue una conocida cortesana

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