Correggio, entre la luz y la oscuridad

 

Zeus, el padre de todos los dioses y de los hombres, baja del Olimpo en forma de nube; se pierde entre la neblina y la oscuridad de la noche. En el jardín bajo un manto blanco aguarda iluminada y radiante la doncella Ío, hija de Ínaco y sacerdotista de Hera. Un reflejo de luz lo delata dejando ver su rostro desvanecido y su brazo enganchado sobre la espalda de Ío, la mortal que luce un cuerpo desnudo iluminado, como si tuviera velas a su alrededor.

Esta obra fue creada por el pintor italiano del renacimiento Antonio Allegri da Correggio en 1531, la nombró: “Júpiter e Ío”. Representa el momento erótico de la unión carnal entre Ío y Zeus. Correggio fue considerado durante muchas generaciones como el más progresista y osado innovador de su época. En sus lienzos irradia torrentes de luz mediante trazos en sanguina.

El cuerpo desnudo bañado por el sol de Ío se encuentra colocado en forma de serpentinata un concepto tradicional en el arte que designa la línea o figura en que aparece una forma en este caso está en “S”; sus caderas están hacia delante en lateral, así como los hombros y cabeza, que producen un desplazamiento del centro de gravedad hacia un lado, ejemplo de serpentinata es la escultura de la Venus de Milo. Esta técnica de Correggio la imitaron los pintores del barroco.

En la escena se ven hojas de árboles y un jarrón. En el lado de la esquina inferior derecha se asoma la cabeza de un ciervo tomando agua del río, la imagen refiere a que el padre de Ío que era un dios fluvial.  Durante la sensual entrega entre Ío y Zeus fueron sorprendidos por Hera que vigilaba a su marido. El dios para salvar a su amada joven la convirtió en una ternera blanca. Hera exigió a su esposo que se la entregase y ordenó al gigante de cien ojos Argos Panoptes que la vigilara teniendo la bella mortal un fatal destino.

En la época del renacimiento los grandes reformadores florentinos dejaron de preocuparse por el color de las obras esto no quiere decir que sus obras no hayan tenido un color impactante y profundo, fueron muy pocos los que consideraron el color como un medio para conjugar las figuras y formas de un cuadro; apostaron por la búsqueda de nuevos enfoques como la perspectiva y la composición. Este momento lo aprovecho Correggio para desarrollar su impactante trabajo Leonardo y Rafael quienes ya habían muerto cuando pintó sus obras más importantes. Tenía total conocimiento del modo de trabajar la luz y las sombras de Leonardo, logrando efectos nuevos los cuales dejaron huella en las escuelas de pintura.

El milagro de la luz que rasga la oscuridad caracteriza la obra de este gran pintor, además también se le reconoce por pintar los techos y cúpulas de las iglesias, tratando de producir en los fieles que el cielo sí existe y que se abre para que sus miradas entren en la gloria celestial.  Con su creatividad deja a un lado la preocupación por el dibujo y el color, enfocándose en las leyes ocultas del arte y dejando un legado por siempre para las escuelas de arte.

Para saber más:

-Correggio nació en 1489 y murió en 1534 a los 45 años

-La Corte de los Gonzaga encargó a Correggio una serie dedicada a «Los amores de Zeus» de la que forman parte el «Rapto de Ganímedes» y esta bella escena

-El cuadro se encuentra en el Museo de Historia del Arte en Viena,  Austria

-Mide 162×73.5 cm

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