Pieter Bruegel El Viejo: observación e ingenio

Bruegel fue el primer pintor que plasmó sobre lienzo la vida cotidiana en aquella época. Se sabe muy poco sobre este artista flamenco ya que no hay relatos escritos. Estuvo en Italia como otros artistas nórdicos. Vivió y trabajó en Amberes y Bruselas en donde realizó la mayoría de sus cuadros a partir de 1560.

Hacia 1520, todos los seguidores del arte, en las ciudades italianas parecían estar de acuerdo en que había alcanzado su máximo esplendor a la perfección. Se sentía un clima obsesivo por superar a los grandes maestros clásicos (Miguel Ángel, Rafael, Ticiano, Leonardo Da Vinci) y llevaban consigo la frase: “el alumno supera al maestro”. Muchos artistas jóvenes se sintieron con el permiso de asombrar al público con sus propias invenciones, su discurso fue crear figuras esterilizadas perfectas, pero la perfección no siempre resulta interesante. 

Con la llegada del protestantismo se prohibieron las imágenes religiosas. Algunos artistas comenzaron también a centrarse en el retrato, tales como Hans Holbein el Joven y Nicholas Hilliard. Sólo existió una región protestante en Europa en la que el arte sobrevivió a la crisis de Reforma: los Países Bajos.  Encontraron salida para seguir pintando otras cosas que no fueran retrato, se enfocaron en temas sobre los cuales las iglesias protestantes no pondrían objeción. Aquí surge la creativa e ingeniosa obra de Bruegel: paisaje, naturaleza y observación de la vida cotidiana.

Este cuadro nombrado “Los proverbios flamencos”, se sitúan en una plaza pública (estos lugares era donde se llevaba la vida social, celebraciones, misas, linchamientos, etc.). Cada mujer y hombre hacen sus actividades que giran en torno a proverbios, una frase con origen popular repetida tradicionalmente en forma invariable, expresando pensamiento moral, consejo o enseñanza.

Resalta la imagen de un hombre que “golpea su cabeza contra un muro de ladrillos”, (intenta conseguir lo imposible, darse contra el muro). Mientras en el río “el pez grande se come al chico”, (los poderosos abusan sobre el débil), y así cada personaje interpreta una enseñanza, la vida está llena de proverbios, los cuales en su mayoría han sido olvidados. En ese tiempo los proverbios fueron muy populares.

Sus pinturas tratan desde temas como lo absurdo, debilidades y locuras humanas. Fue el primer artista occidental que rompió las reglas de pintar, creando paisajes, destacando escenas familiares y de gente del campo, llevaba consigo lienzo y lápices para captar las escenas. Pieter Bruegel el Viejo descubrió un nuevo dominio para las generaciones flamencas y dejó un legado a los artistas de todas las generaciones.

A saber:

– Nació en  (1525-1569)

– Se formó en la escuela flamenca

– Más de cien proverbios están en pintados en esta obra

– Sus dos hijos, Pieter Bruegel el Joven y Jan Bruegel el Viejo, fueron pintores pero ninguno discípulo de su padre, ya que este falleció cuando ambos eran niños, estuvieron instruidos por  Karel Van Mander, quien también fue artista. Se dedicaron a reproducir su obra.

Algunos proverbios utilizados:

– Pescar detrás de la red (perder oportunidades)

– Mantener la vista fija en la vela (estar alerta)

– No soportar ver el sol brillando bajo el agua (estar celoso del éxito del vecino).

Datos de la obra:

Año: 1559

Técnica: Óleo sobre madera

Época: Renacimiento

Medida: 117×163 cm.

El cuadro se encuentra en la Gemäldegalerie de Berlín, Alemania.

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