Medio siglo de foto periodística en Jalisco

Dos historias tras la lente nos relatan los inicios de la fotografía en nuestra ciudad

Foto: Al centro Don Jorge Álvarez del Castillo, derecha: Rudy Rosales, la señorita Luz Orozco que fundó sociales y al lado izquierdo Guillermo Guzmán.

No tuvieron cuenta de Facebook. Les tocó la época de los Beatles y los Roling Stones. Conocieron a las actrices Liz Taylor y a María Félix. Les tocó ver derrumbarse a la hermosa Guadalajara por una más moderna, deambularon por sus calles, asistieron a los eventos de la sociedad tapatía, fueron testigos de accidentes y hasta conocieron al actor Pedro Infante en el Café París de la Calzada. Sus cámaras ya son obsoletas en el mundo digital, pero sus imágenes vistieron a uno de los diarios de mayor importancia de la ciudad de Guadalajara, además de que dieron pie a un oficio que aún perdura cumpliendo con su cometido: el de informar.

Algunas de las primeras imágenes fotográficas en la prensa tapatía aparecieron en La Gaceta de Jalisco en 1911. Poco a poco, los personajes políticos locales empezaron a figurar en las portadas de los diarios, sin embargo, no fue hasta 1949 cuando El Informador contrata a Rodolfo Ernesto Rosales (1926-2014), quien fue el primer fotógrafo de planta en el periodismo jalisciense.

“Rudy” Rosales a quien todos llamaban simplemente “Rudy” nació en los Ángeles, California en 1926. Aprendió fotografía con su hermano. Cuando cumplió 15 años cambió su residencia a Guadalajara y trabajó como retratista en las plazas del centro tapatío en un negocio familiar llamado Foto Uval.

En entrevista, comentó sobre su entrada al diario más antiguo de la ciudad: “Estaba tomando fotos en el campo de Oro por la calle de San Rafael, que fungía en ese tiempo como el estadio de la ciudad y vi un señor con una cámara me arrimé dijo: ‘yo soy fotógrafo de El Informador cubro deportes, pero como ya me voy a recibir de médico ya no tomaré más fotos”. De ese encuentro nació una larga amistad con Fernando Cortés de la Peña, entonces fotógrafo freelance y fue quien lo inició en la fotografía y lo puso en contacto con Don Jesús Álvarez del Castillo, fundador de ese diario.

Guillermo Guzmán, mejor conocido como Don Memo, es 10 años menor que “Rudy”, actualmente tiene 78 años. Comenzó a trabajar en  El Informador a los 15 años por recomendación de la cocinera de los Álvarez del Castillo. Su primera chamba fue como ayudante en el área de publicidad en donde conoció a “Rudy”. En una ocasión que tuvo un rato libre, “Rudy” le pidió ayuda para revelar la película en el cuarto oscuro. De esa primera vez le impactó el proceso de revelado en las tinas.

Una de sus primeras experiencias fue con Elías González Chávez, constructor de la presa Calderón para la Comisión de Luz: “No me creía que le tomaríamos nosotros las fotos, recuerdo que nos dijo: ‘¡Usted me va a tomar las fotos! Nomás salgo mal y no sé qué va a pasar porque los mato’, claro, lo dijo de broma”, mencionó Don Memo. También como maestro a Fernando Zuluaga, pintor y dibujante del mencionado diario.

En esos años, el oficio no era sencillo. Lo voluminoso de las cámaras dificultaba su labor a la hora de disparar el flash, y el desprendimiento de luz hacía que las personas se molestaran, ya que el flash era “una antorcha de cuatro pilas”, según contó Don Memo, porque dentro del flash había alambres con pólvora que se inflaban al hacer contacto con el disparador y hacía un desprendimiento de luz incandescente que  provocaba ardor en la piel del fotografiado.

Guadalajara no contaba con escuelas de enseñanza fotográfica: “No había dónde aprender, no había escuelas como hoy en día”, comentó “Rudy”. La única opción que tenía un aspirante a fotógrafo eran los estudios fotográficos; aprendían técnicas de retrato sin salir de su espacio que se limitaba a cuatro paredes y uno o varios personajes.

 

EL DISCRETO ENCANTO DE LA FOTOGRAFÍA TAPATÍA 

Las primeras fotografías que salieron publicadas en el diario se tomaron por encargo, según Guillermo Guzman- segundo fotógrafo contratado-: «El Informador´ tenía fotógrafos, como les dicen, el freelancer le compraban la foto a uno, otro acá, pero no había fijo». También relato que entrando en  la década de los 50, había gente que se dedicada a vender sus fotografías al diario. 

Por esos tiempos Don Gabriel Ibarra Gómez era el fotógrafo historiador de la ciudad, ya que trabajaba en el Gobierno del Estado. Él también se dedicaba a vender las fotos que tomaba del centro histórico. Cada fotografía por encargo se pagaba alrededor de 10 pesos.

ESTILOS Y DESCARTADOS

El pago de las fotografías se realizaba según el estilo fotográfico, si sacaban los eventos sociales había que pagarlos, entre más grande era la foto mayor era el costo. Desde aquel tiempo ya se comenzaba a dar espacio a los mensajes publicitarios. Las primeras fotografías de prensa se enfocaban en el género deportivo: futbol, béisbol y fiesta taurina, después se orientó a los eventos  sociales: fiestas privadas y reuniones sociales.

No toda la gente podía aparecer publicada en el periódico, comentó Rudy: “Había gente que no se podía publicar, que uno no sabía, tomaba esa foto y la pasaba, no se daban cuenta y la publicaban, y me reclamaban: ‘por qué sacaste a fulano’ ”. Don Memo comentó que existía una lista negra con nombres de importantes empresarios, banqueros y políticos de la región, en ese tiempo publicar malas conductas o incumplimientos del gobierno era difícil de señalar. Muchas veces se entregaban fotografías donde aparecían personajes de la lista negra, el editor de fotografía recortaba aquella toma.

AL LLAMADO DE LA NOTICIA

También se cubrían accidentes como el que recuerda Rudy: “Andábamos Guillermo y yo de parranda y llegamos a un lugar que se llamaba Café París ahí fue donde vimos a Pedro Infante, no era muy alto, pero a las mujeres les gustaba, estando en ese lugar nos dijeron que se había caído un avión por Tlajomulco, inmediatamente nos fuimos a cubrir ese evento”. Para Don Memo, ese evento fue uno de los que más le impactó.

“Fue un accidente único. Llegamos al pueblo y de ahí a subir el cerro, con tierra mojada, resbalosa y con los equipos fotográficos que eran bien pesados en ese tiempo. Vimos cuerpos quemados y desmembrados”.

 


DEL BLANCO Y NEGRO A LO DIGITAL

El desarrollo de la ciudad y el crecimiento de la población tapatía dieron origen al nacimiento de nuevos diarios en la ciudad de Guadalajara. Estos diarios debutaron con formatos modernos. Los diarios con formato a color parecían más novedosos que los de blanco y negro, a pesar de esto el diario “El Informador” siguió conservándose en su formato original de blanco y negro.

Sin duda, el cambio de fotografía blanco y negro a color no fue fácil para los fotógrafos de prensa, ya que tuvieron que aprender técnicas nuevas de revelado y por lo tanto cambiaron de película fotográfica y de químicos para el laboratorio.

El equipo que utilizaban para desempeñar su labor fueron cámaras marca Nikon 35mm de formato pequeño, Mamiya, Pentax 35 mm, y Hasselblad, todas con formato de rollo, sólo la Mamiya la utilizaban para realizar transparencias. Todas ellas, propiedad del diario. Eran equipos muy pesados, y en el caso de la Mamiya y de la cámara Hasselblad su formato era voluminoso.

Las cámaras digitales remplazaron a las de rollo, el laboratorio fotográfico fue sustituido por la computadora, lo que al parecer a Rudy le facilitó su labor: “Ahora con la facilidad de las cámaras digitales es una maravilla, haces tú corte, le das la que tú quieras, pasamos las fotos, de ahí le ponemos el pie”. Para Don Memo, con el arribo de las cámaras digitales la fotografía ha perdido su esencia: “Antes, tenías que dominar la abertura, la velocidad y el ISO de la película, ahora cualquier persona agarra una cámara y listo.

La cámara fue para estos dos grandes emprendedores su compañera y testigo por casi siete décadas. Los hechos ahora son muestra de un oficio que ha perdurado y de cómo una labor que va desde fotografiar fiestas sociales de la clase alta de aquella época, captar goles, triunfos, risas, bodas, hasta ser testigo de la catástrofe y del dolor ajeno, va sobreviviendo a los riesgos cumpliendo con su cometido: el de informar.

Facebook: Ada Lorena Periodista

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