
Comienza el mes de enero ante una pandemia que parece interminable, en donde predomina la incertidumbre que tiene que ver con la duda y la escases, sin mencionar las catarsis provocadas: muertes, proyectos inconclusos, trabajos perdidos, negocios cerrados;¿quién podrá acostumbrarse a la incertidumbre?
La pasada Navidad fue como cualquier mes, pasó desapercibida. Inicia enero con 31 días, el periodo de los propósitos y de los cambios de vida, en resumen, analizar el pasado y formar un futuro. En este tiempo quedaron a un lado los anhelos banales de entrar a un gimnasio, estos lucen vacíos en comparación con los años pasados. Enero, el mes del comienzo queda prendido por sus nieves y mañanas frescas.
En la antigua Roma todo el mes se le dedicaba al dios “Jano” quien regia los comienzos y las transiciones; por ejemplo, pasar de la guerra a la paz. En dibujos y esculturas fue caracterizado por lucir dos caras en direcciones opuestas, el rostro envejecido representaba al pasado y el joven el comienzo y el devenir.
Jano fue uno de los dioses predilectos de los romanos. Fue rey de una antigua región de Italia central: Lacio. Inculcó valores relacionados con el amor, justicia y generosidad, por ello se le concedieron poderes divinos. Se dice que Saturno vivió en esa región cuando fue expulsado del cielo, Jano lo invitó a gobernar junto a él. En agradecimiento, Saturno le otorgó la capacidad de ver el pasado, presente y futuro.
Se le asignó los portales y la transición en todas sus formas: entradas, salidas, comienzos y finales. También en el arte se le representa con un báculo en su mano izquierda y en la derecha una llave, un símbolo que representa un guardián de las puertas que abre caminos.
¿Cómo caminaremos a lo que llaman la nueva normalidad, cuál es la entrada, salida y comienzo en este año? Nos encontramos en el laberinto, pero no en el de la soledad, se sabe que hay una salida: precaución y tolerancia. Sobre todo, solemnizar la mirada en el arte, ¿a qué tipo de arte se puede asistir? Simple, al que nos trasmita emociones y nos haga indagar el nombre del autor de cualquier disciplina.
Jano es el dios de la transición de los nuevos comienzos, tal y como se mencionó, de la guerra a la paz, pero no estamos en tiempos de guerra, sino en tiempos de pandemia, y ante tanta incertidumbre, porqué no reanudar un libro, un autor, un curso, o incluso mirar la naturaleza, mientras pasa esta incertidumbre, las cual nos trajo cambios en nuestras vidas, esperar los que vienen y acostumbrarnos a lo que dejamos atrás.
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