El Museo de las Artes se viste de Balenciaga

¿Por qué se exhiben vestidos en un museo como si fueran obras de arte? La industria de la moda está presente a diario, su esfera tiene que ver con el culto al cuerpo y el reino de la apariencia. En las últimas décadas se le ha considerado como una vertiente estética y ya no como una simple frivolidad. Hay quienes afirman que la moda es el arte de lo femenino.
Hace un par de semanas el Museo de las Artes (MUSA) inauguró la exposición del diseñador de moda, el español Cristóbal Balenciaga (1895-1972) conocido por sus sobrios diseños dando un toque elegante y sencillo. La exposición está conformada por dieciséis vestidos, bocetos, fotografías, pañuelos y un documental. Su trabajo se caracteriza por omitir el uso de las máquinas apostando por las costuras artesanales. Para Balenciaga la moda era un arte: “el modisto debe ser arquitecto para poder cortar, escultor para saber dar forma, pintor para escoger los colores, músico para encontrar las armonías y filósofo para crear estilo”.
¿Son artistas? Por lo general los modistas se conciben como artistas y por lo tanto proyectan la moda como arte, pero la moda no es arte, entra en el género del performance que incluye pasarelas, frivolidades y las chicas talla cero. Todo lo que tiene que ver con diseño de moda se instala en un museo para crear un sistema de sobrevaloración y crear la industria. Antes de exponerse en los museos se tiene que mencionar que no son obras de arte, sino que corresponden a otro estilo, lo que sí es que el MUSA se lleva un diez en el montaje de la exposición: luz, vitrinas, el documental, temperatura y la humedad. Entramos aquí a replantear cómo se tiene que concebir un museo y lo que se debe exponer.

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