Avelina Lésper, la verdad incómoda sobre el arte contemporáneo

Foto: Aldo Hinojosa

Argumentos y críticas sólidas hacia el arte contemporáneo caracterizan el trabajo de Avelina Lésper, escritora y crítica de arte fundamentada. Odiada, temida y admirada, Lésper es dura y directa cuando analiza un cuadro, mucho menos hace reseñas de obras para quedar bien. Sus escritos críticos se han hecho virales. Su temple impone en entrevista, nos comenta sus reflexiones sobre el arte de hoy en día.

El primer acercamiento que tuvo en el mundo del arte fue desde niña en un museo donde observó obras que la cautivaron; le pareció un misterio que alguien tuviera necesidad de pintar y dedicarse exclusivamente a eso, lo cual la hizo investigar constantemente y ser una observadora: “me di cuenta que podía ser tu vida y literalmente trabajar, y también dedicarme a la investigación no de hacer arte, sino, a la investigación de cómo se hace el arte”.

Avelina Lésper se inició en el arte de la misma manera que todos, el arte tiene una narración infinita, tiene la edad de la humanidad y su ventaja, es que está iniciado antes de que te involucres: “la especie humana se inició en la belleza por admiración hacia algo. Nosotros como un ente inteligente, parte de nuestro mecanismo de inteligencia, es que sabemos reconocer la belleza en distintos grados y sabemos necesitarla, por eso desde el principio las religiones estaban ligadas a la naturaleza porque la admirábamos. Ese mismo proceso es el que me inició a mí en el arte, pero incita a cualquier individuo”.

Es poca la crítica de arte en México ¿Por qué?: “por cobardes, porque nadie se quiere meter en problemas y todo el mundo quiere estar enganchado en las instituciones y quedar bien”. Antes de los textos de Avelina Lésper la mayoría del arte contemporáneo que se producía en México se consideraba como tal, incluso la caja de zapatos de Orozco, pero llegó para poner reflexión y análisis.

Para Lésper, la crítica es un análisis de la obra, el espíritu crítico es innato a la admiración: “es una tontería pensar que si tú admiras no tienes capacidad de crítica, justamente la capacidad de admirar algo te hace crítico con lo que no admiras, con lo que no te despierta esa inquietud, que no te cautiva. Fue cuando comencé a racionalizar y dije: `bueno por qué una cosa sí tiene la capacidad de seducirte y de poseerte y de quedarse en tu memoria y hay cosas que no solamente logran eso, sino que te causan, no un malestar, sino una decepción constante, dices por qué esto tiene que llevar el nombre de arte´”.

En los museos encontramos arte VIP, (instalación, video y performance) la responsabilidad de los museos ¿en qué deberían de enfocarse si estos son generadores de público? A lo que Lésper rebatió sin dudarlo, “el museo no es generador de público, el museo es un receptor de público, el generador de público es la obra”, además, mencionó también que la responsabilidad del museo es darle al público todas las opciones y es una cosa que no están haciendo ya que todos los museos están hablando de que debe haber diversidad y que a decir de ella, es una palabra que resuelve problemas pero no quieren solucionar, solo los categorizan.

“Un museo catalogado como contemporáneo no exhibe obra pictórica mucho menos litografía sobre piedra o grabado. Deberían de ofrecerle al público todas las otras manifestaciones de las artes plásticas que ya casi no tienen espacio”, aseguró Lésper.

El arte contemporáneo ha traído consigo exageraciones, haciendo estragos en la memoria del tapatío Luis Barragán (1902-1988), uno de los arquitectos más importantes del siglo XX. Sus cenizas forman parte del anillo con diamante creado por Jill Magid: “fue una gran tomadura de pelo, eso se pudo hacer gracias a la ignorancia de un montón de gente, esa mujer es una vividora, ese servicio lo dan las funerarias de Estados Unidos, especialmente las de Las Vegas, y que desde hace mucho tiempo hacen anillos, dijes y literalmente llaveros con todo, lo único que espero es que no lo lleven al Monte de Piedad y lo empeñen porque es lo único que falta.

“Es parte de la gran ignorancia justamente de las instituciones que por querer estar a la moda y por querer decir somos trending topic, `nosotros apoyamos lo último de lo último´, debemos de hacer un análisis en qué fraude estamos incurriendo y obviamente la familia de Barragán -que lo permitió- se puso de acuerdo con el congreso local, y todo mundo cayó en la misma trampa, y que en un engaño de esa naturaleza, fue permitido por la complacencia y la deliberada ignorancia”.

Foto: Aldo Hinojosa

¿Las academias son responsables del arte VIP? Obviamente, por ejemplo, con el anillo de Barragán. El Museo de Arte de Zapopan estuvo ahí detrás, su directora lo impulsó, ahí están las instituciones, todo mundo cómplice de ese engaño. Los jóvenes en vez de recibir clases de dibujo, les están dando clases de disque instalación, de performance que es absurdo, no les dan la disciplina que tienen los estudiantes de teatro y danza, pero ellos son performance porque van a y hacen en el examen final cometiendo el ridículo de desvestirse”. La crítica de arte menciona que es más importante tener una educación profunda como lo es el dibujo y en las técnicas pictóricas. Los estudiantes aprenden un estilo: `Estoy estudiando pintura impresionista` ¿cómo qué vas a salir de pintor impresionista? Es un estilo, cómo te vas a dar una carrera en aprender un estilo, eso dimensiona las aberraciones que están cometiendo en aras de la moda y el establishment.

Entonces, ¿hemos llegado al final del arte?: “No, nunca, jamás, las crisis no son el final de nada, las crisis son picos o decadencias, pero no son el fin de nada. Una crisis, al contrario, debería ser una anagnórisis de tu época. El arte obviamente no tiene por qué acabarse, porque la inteligencia misma del ser humano está generando todo el tiempo ideas nuevas y todo el tiempo está inconforme con lo que tiene, entonces eso es lo que permite que el arte continúe”.

Agrega que hemos pasado por crisis mayores, incluso, hubo épocas donde no ha habido paz, enfermedades y pestes, la sociedad ha sobrevivido y el arte ha sido creado en los momentos más difíciles, “que exista un grupo que esté acaparando espacios, subastas, manipulando precios y generando tráfico de influencias dentro de las instituciones sin tener calidad, ello no significa remotamente que esas personas sean todo el arte y que toda la creación se resuma a ellos. Ahora hay gente muy valiosa que está produciendo a contra corriente”.

¿Hay mercado en México para el arte? “Muy poco, en general, el mercado de América Latina es un mercado terciario, el mercado del arte está en manos de los países ricos, está en manos de Estados Unidos y de ciertos países Europeos como Inglaterra, Francia, es todo. Apenas se está desarrollando en Oriente que es un mercado local hasta la fecha. La Feria de Hong Kong vende solo para gente de Hong Kong y artistas locales. En América Latina con Zona Maco es un mercado muy, muy marginal y ningún artista de arte contemporáneo alcanza los precios de Diego Rivera y Frida, los de Remedios Varo y Leonora Carrington”.

Termina la entrevista, el temple de Avelina Lésper sigue firme, detrás de sus lentes oscuros se esconde una mujer que domina el tema. Lleva puesta una camisa con la Mano de Hamasa y la Flor Mandala una figura geométrica utilizada para ejercitar la atención y la concentración como herramienta para la meditación: son símbolos de la yoga que le protegen. Se retira, se lleva consigo su fuerza física, mental y espiritual; disciplinas que ha conjugado por muchos años con el mundo de la crítica de arte.

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