Las flores en el arte han tenido diversos significados tales como vida, pureza, plenitud y distinción en la realeza, tal fue el caso de la flor de lis que simbólicamente representa un lirio, que fue utilizada en los escudos de la realeza francesa durante la época de Luis VII.
El ser humano ha estado ligado a las flores desde tiempos remotos. “La flor en la cultura mexicana” es el nombre de la exposición que se exhibe hasta finales de este mes en el Museo Nacional de Antropología en Ciudad de México, la cual nos da la pauta para conocer el lenguaje de las flores desde el México prehispánico hasta la actualidad.
Las flores en la época prehispánica estaban relacionadas a las deidades de la primavera, estas celebraciones eran únicamente adornadas con flores utilizando especies como el nardo omixóchitl, consideraban que su aroma servía como medio de comunicación con los seres sobrenaturales.
Durante la época virreinal las flores se combinaron con elementos del imaginario indígena y los conceptos europeos de los misioneros católicos. La rosa blanca simbolizaba la pureza y la rosa roja el amor, fueron las más utilizadas en las pinturas que se realizaron dando un sentido de belleza, vida, moralidad, paz, alma y castidad. La flor cumplía con la misión de acercar a los seres terrenales con las divinidades.
En el siglo XIX el lenguaje de las flores alcanzó su máximo esplendor durante el Romanticismo, eligió lo femenino como fuente de inspiración; la flor fresca como madurez, y la flor marchita como la decadencia. Los siglos XIX y XX dieron paso al Modernismo las flores pasaron a ser metáfora de la belleza y esencia de la representación. Proyectando la construcción cultural de la mujer plasmando hortensias, amapolas y crisantemos flores que llenarían los lienzos con sus formas delicadas. Sin duda, las flores caracterizan el arte mexicano, sin olvidarse de que son un medio entre la vida y la muerte.
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