A lo largo de la historia del arte, el cráneo ha sido expresado para dar diferentes significados simbólicos, como la muerte y lo frágil que puede ser la vida. Quizás porque es lo único que perdura del cuerpo humano. Desde la prehistoria, los frescos pompeyanos, la edad media, el renacimiento y el barroco, se ha plasmado surgiendo así el género artístico, vanitas, considerado un subgénero de la naturaleza muerta. Proviene de la expresión latino (vanĭtas) que significa vanidad, no referida al orgullo, sino a la corta y sutil existencia de la vida.
En este tipo de género se proyecta un toque moral o filosófico resaltando que ningún ser humano es eterno. No solo la pintura ha reflejado la fugacidad de la vida, sino con los romanos en la conocida frase memento mori, “recuerda que morirás”, no eres intocable mucho menos eterno.
Un reflejo de la calavera en el arte es el misterioso cuadro “Los embajadores” realizado en el año de 1533, por el pintor Hans Holbein “el joven”, (1497-1543). El cuadro enmarca la reunión de dos figuras importantes de la época. La obra fue creada durante la segunda visita de Hans Holbein en Inglaterra coincidiendo con la ruptura de Enrique VIII con la iglesia católica, debido a su decisión de anular su matrimonio con Catalina de Aragón y la iniciación de la iglesia protestante. Dos hombres de suma importancia se reúnen: el rey de Inglaterra Enrique VIII, y Georges de Selve embajador de la República de Venecia. El atuendo de clérigo representa los intereses de la iglesia católica. Recién había sido nombrado obispo de Lavaur en Francia.
El instrumento musical, el laúd tiene una cuerda rota, lo cual muestra rompimiento. Los mapas representan las partes conocidas del mundo en esa época y que los acuerdos tomados trascenderán fronteras. Si se observa el cuadro, tiene una clavera amorfa, es decir, poco visible.
Después de que el cuadro fuera pintado. Enrique VIII ordenó la decapitación de una de sus esposas, Ana Bolena. Sus últimos días los pasó postrado en un raro artefacto con ruedas para poderlo desplazar debido al sobrepeso que adquirió en los últimos años de su vida. El clérigo Georges de Selve murió de causas desconocidas a los 33 años, un año después de que el cuadro se terminó. El protestantismo que inició el rey Enrique VIII, actualmente está conformado por una gran diversidad de iglesias y grupos, hay más de 800 millones de protestantes en el mundo.
Quizás, la calavera en esta obra señala que nadie es eterno, aunque los pactos o acuerdos pueden seguir manifestándose, la calavera reitera la frase: “omni mors aequat” la muerte todo lo iguala.
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